Por: Lina Ximena Parra Mejía
Cuando éramos niños todo era más
simple y tranquilo, después de un disgusto con un compañero que había concluido
en puños los adultos nos pedían que nos disculpáramos, y a pesar de que fuera
de mala gana lo hacíamos. Ahora es todo otro cuento, nuestras palabras se
han vuelto nuestra arma más letal y nuestro concepto de verdad y orgullo
nos abstienen de cualquier otra cosa que de acusar y herir.
A las 9:50 a.m. del 17 de septiembre
de 2014 se dio comienzo en la Comisión Segunda del Senado a uno de los debates
más esperados en Colombia, a cerca de las presuntas relaciones de Álvaro Uribe Vélez,
ex presidente y actual senador, con grupos paramilitares. Si hubiera sido un
teatro todos los reflectores hubieran estado apuntando al protagonista de la
maraña de misterios políticos en el país mientras las cámaras grababan sus
reacciones, ante las continuas acusaciones del senador del Polo Democrático,
Iván Cepeda, quien con fechas y videos en mano no paraba a tomar aire sino a
realizar preguntas al público.
La lista que Cepeda, alias el
verdugo, nombró en el senado no fue corta; inició con el tiempo en que Uribe
fue director de la Aeronáutica Civil, entre enero de 1980 y agosto de 1982,
continuó con la ropa sucia, digo con una posible relación entre sus hermanos y el
clan de los Cifuentes Villa y desde ahí todo siguió calentándose en el
Capitolio.
Pero debo aceptar que no era
pertinente o necesario el nombramiento de los hermanos del ex presidente,
puesto que sus propias acciones y decisiones dejan espacio para largas
discusiones. Pero como toda una ‘Reina del drama’ Uribe hizo su gran salida en
medio del debate para defender su honor al ir a la Corte Suprema de Justicia a
radicar una demanda contra Iván Cepeda. “Regresaré, señor presidente”, fue lo
que le dijo al senador Jimmy Chamorro quien presidia la Comisión Segunda, pero
¿cuán irónica fue tal declaración si pensamos que eso fue probablemente lo que
le digo a Santos cuando rompió sus lazos de compinchería con él?
Insultos al actual presidente, Juan
Manuel Santos, o a su vicepresidente Oscar Iván Zuluaga, no faltaron en
la parla de Uribe pero honestamente me quede esperando los golpes para alcanzar
el clímax del drama. Un poco de acción a lo Rambo que acompañara a esa película
que prometía resolver varias dudas pero que al final dejaron muchas
inquietudes. Eso sí no veo en un futuro cercano que ningún beso entre Cepeda y
Uribe, claro a menos que se cuente el mítico beso de la muerte.
Considero que por mi parte, la introducción no llama mucho la atención y no se entendería con la conexión del escrito. Son muy válidos los argumentos que haces respecto al debate entre Cepeda y uribe, pero al final en conclusión no se entiende lo que quieres decir. En el último párrafo escribiste: "Insultos al actual presidente, Juan Manuel Santos, o a su vicepresidente Oscar Iván Zuluaga", se entiende que el vicepresidente de Colombia actualmente, fuera Oscar Iván Zuluaga y eso no es verdad.
ResponderEliminarA veces utilizas digo, en vez de dijo, y eso confunde mucho al lector. Son algunas cositas que noté, pero me pareció muy interesante el título y tiene mucha relación con el texto.